martes, 9 de septiembre de 2014

La moneda que recorrió 5200 Kilómetros

[Este post originalmente lo he públicado en www.origenesvitoriagasteiz.net]

Uno de los hallazgos más curiosos realizados en la Catedral Santa María de Vitoria es el de una pequeña monedita de apenas 3 gramos de peso y 2,5 cm de diámetro (grosor 0,07 mm).

Hablamos concretamente de un ‘dirham’, una pieza de plata de origen islámico que fue acuñada a principios del siglo VIII, en tiempos de la dinastía Omeya. Se trata sin duda de un hallazgo inusual considerando nuestro ámbito geográfico inmediato, de ahí el gran interés del mismo. 

Dirham exhumado en las excavaciones de la Catedral de Santa María. Siglo VIII
(fotografía obtenida en : http://rua.ua.es)

La pieza en cuestión presenta tanto en su anverso como en su reverso diversos textos religiosos escritos en lengua árabe que no difieren de lo habitual en este tipo de numerario. Según los profesores San Vicente y Doménech dichos textos pueden traducirse del siguiente modo… 

El anverso de la moneda contiene dos textos, uno en el centro y otro en la orla. En el centro dice; “Sólo hay un Dios, único, no tiene compañero”. Ésta es la frase más frecuente dentro de lo que los expertos denominan la ‘profesión de fe islámica’, es decir, la proclamación del monoteísmo por excelencia tal como aparece repetidamente en el Corán. 

Por su parte, el texto de la orla que bordea toda la pieza, recoge la información específica del momento y lugar en que se realizó la acuñación, a saber; “En el nombre de Dios que acuño este dírham en Ardasir Jurra en el año noventa y ocho (año 716-717 d.C.)”. 

Los textos del reverso están organizados de igual modo. El del centro de la moneda se corresponde con la ‘sura’ (o capítulo del Corán) número 112, que dice: “Dios es único, Dios es eterno, no engendró y no fue engendrado y no existe semejante a él”

Por último, la orla que lo rodea dice: “Mahoma es el enviado de Dios, le envió con la dirección y con la religión verdadera, para que prevalezca sobre toda otra religión, a despecho de los asociadores” (Corán, 61,9). 

La ciudad donde se dice acuñado el dírham –‘Ardasir Jurra’- se corresponde con la actual de Firuzabat, provincia de Fars, Irán. Dicho con otras palabras, de algún modo u otro, esta moneda recorrió al menos unos 5200 km antes de quedar depositada en el sustrato de la colina de Gasteiz. Pero, ¿cómo llego esa moneda a nuestra primitiva aldea?

Es difícil de decir. Para empezar es necesario precisar que el estrato donde fue localizada fue datado por los arqueólogos en el siglo X, es decir, que pasaron al menos dos siglos entre el instante en que fue acuñada y el momento en que quedó definitivamente sepultada en el terreno. Un terreno dónde (aún doscientos años más tarde) se construiría la primera parroquia románica de Santa María. 

El óptimo estado de conservación de la pieza hace sospechar a los especialistas que no estuvo mucho tiempo en circulación, que sus últimos propietarios enseguida decidieron guardarla, atesorarla, quién sabe exactamente con qué fines. Se sabe que entre los siglos VIII-X d.C. en nuestro entorno la circulación monetaria era muy débil, siendo el trueque el principal método de transacción económica, hecho por el cual no debería extrañarnos que quizá simplemente -aquellos primitivos gasteiztarras que la poseyeron- quisieron conservarla más por su valor simbólico como rareza, o estético por su belleza, que por su valor monetario propiamente dicho. 

Los expertos insisten “Álava no era un territorio en el que circulasen dírhams musulmanes sino que estos lo hacían por Al-Andalus, al zona controlada por los musulmanes (…) lo más probable es que esta moneda procediese o bien de la zona de la Rioja, en ese momento (siglo VIII) bajo dominio musulmán, o de los Pirineos Occidentales”.


Vista panorámica de las Conchas de Haro

La llegada a la Península Ibérica de dírhams procedentes de Irán suele relacionarse con el sistema fiscal del imperio omeya con capital en Damasco “A la caja fiscal imperial de Damasco llegaban las tributaciones de todas las regiones del imperio y desde allí se distribuirían según las necesidades imperiales, en este caso hacia Al-Andalus”.

Puede decirse por lo tanto que -aunque de un modo indirecto- esta moneda es uno de los pocos testimonios de la presencia musulmana en Álava que han llegado a nuestros días. Una presencia que fue seguramente mucho más palpable de lo que sospechamos a pesar de que la frontera con el estado islámico se mantuviera siempre más allá de las Conchas de Haro, unos treinta kilómetros hacia el sur del paralelo de Gasteiz.

Bibliografía:
- San Vicente, J.L., "Trueque, unidades de cuenta y circulación monetaria en la etapa prefundacional de Vitoria-Gasteiz", pp. 357-379.
Ambos artículos forman parte de la obra: Azkarate, A. y Solaun, J.L. (2013), "Arqueología e historia de una ciudad. Los orígenes de Vitoria-Gasteiz".
  

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